sábado, 22 de febrero de 2014

Sexualidad y Relaciones.



La mayoría de las uniones se generan en la necesidad del niño y no en la plenitud del adulto y eso aporta muy poco para que una relación se sostenga en modo saludable.

La vida llega con el nacimiento, pero la sabiduría debemos aprenderla.  La vida se revela en la sabiduría de la madurez,  pero mucha gente vive y muere de manera infantil, aunque lleguen a la vejez, no crecen ni maduran realmente.

La unión de dos personas implica no sentir a la pareja como el/la  “otr@”, ni tampoco sentirte como el “yo”.  El puente se establece cuando los dos no se perciben como dos sino que en cierto sentido se han convertido en uno, esto nos permite ver la comunión.  La mayoría de la gente está junta porque no puede estar sola, es más económico, seguro, conveniente, vivir en pareja.

Los especialistas de la conducta dicen que un gran problema de las relaciones es que maduramos sexualmente, mas no así mentalmente.  Ellos han establecido que aunque el cuerpo sigue madurando, la mente detiene su crecimiento a los 13 o 14 años en el adulto promedio.

La mente inmadura busca responsabilizar a otro de sus errores, cree que si el otro cambia acabaría su infelicidad.  Para quien se responsabiliza de lo suyo el otro puede ser el cielo, es el reconocimiento de que pase lo que pase conmigo, se debe a mí.

Cuando asumimos la posición de que el otro está equivocado, nos encontramos en la periferia, y cuando nuestra periferia encuentra otra periferia, ocurre el choque.  Sin embargo, cuando logramos darnos cuenta que somos responsables de cualquier cosa que esté sucedicendo en nuestras vidas, pasamos de la periferia al centro y nos enraizamos en nosotros mismos, nos convertimos en el centro de nuestro mundo y podemos celebrar satisfactoriamente la unión,  gozando la plenitud de la relación.
(Tomado de material de estudio).

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