La primera unión, la primera relación, que establecemos todos los seres humanos es con mamá. La experiencia vivida durante la infancia inciden en la manera en que nos relacionamos con las personas en nuestra vida adulta, reflejándose más claramente en la relación de pareja.
El bebé conoce el abrazo desde que estaba dentro de su madre, donde su cuerpo era contenido por las paredes del útero a medida que crecía, esto le dió la placentera sensación del abrazo, proporcionándole seguridad y confianza.
El bebé conoce el abrazo desde que estaba dentro de su madre, donde su cuerpo era contenido por las paredes del útero a medida que crecía, esto le dió la placentera sensación del abrazo, proporcionándole seguridad y confianza.
A través del nacimiento, viene la separación de los cuerpos, antes tan unidos, un evento que impacta de manera profunda, física y emocionalmente al bebé. Este impacto debe ser contrarrestrado por una conducta, que surge de manera espontánea en la madre: la de abrazar a su hijo recién nacido, cuya necesidad esencial es de continuar unido, o pegado, al cuerpo de ella.
Cuando la madre abraza a su bebé, ambos descansan, juntos, después del gran esfuerzo del nacimiento, el hijo la mira intensamente, como descubriéndola, la madre lo acaricia para darle la bienvenida, su felicidad es absoluta, las hormonas en su cuerpo le proporcionan una sensación de enamoramiento, esto genera un vínculo profundo entre ambos, el amor fluye en abundancia.
La primera sensación que el bebé debe vivir al llegar a este mundo es entonces la de ser recibido con un abrazo de su madre, oyendo sus latidos, sintiendo su ritmo y movimientos que le recuerdan su estancia dentro de ella, que le generan confianza y seguridad, así como, el de permanecer cerca hasta los dos años, lo cual impactará positivamene en la forma que ese pequeño ser humano se enfrente a la vida.
Abrazar es una conducta humana natural e instintiva, es una forma de demostrar el amor. Los abrazos son parte de nuestra vida, con ellos nos sentimos nutridos, aceptados y acompañados.
Los descubrimientos de Arthur Janov sobre el impacto del amor en la formación del cuerpo y del cerebro, sobretodo en el feto y el bebé han señalado que al satisfacer las necesidades básicas del ser humano, quedarán también satisfechas las necesidades del cuerpo y el cerebro.
El amor no es solo la idea que tenemos de él, yace en nuestros tejidos, hormonas y sistemas. El cerebro parece estar diseñado para hacer una elaboración del amor y difundir el gozo producido por todo el sistema, manteniendo los niveles juntos de neurotransmisores excitatorios y hormonas del estrés, para mantenernos alerta y conscientes.
Cualquier privación contínua de una necesidad básica representa una amenaza para la capacidad de dar y recibir amor. Para el feto y los niños en la primera infancia, la vivencia del amor está directamente relacionada con la satisfacción de sus necesidades. Una de las más sutiles necesidades del ser humano es la sintonía; solo si hay sintonía hay resonancia y si hay resonancia hay comunicación, hay compasión, hay comunión.
Cuando un niño crece sin satisfacer esas necesidades, no sólo la relación entre hijo y madre resulta deficiente y enferma, sino que el niño pasará el resto de su vida buscando el abrazo o la cercanía que le faltó.
La Dra. Jirina Prekop, psicóloga checa, vivió por más de 40 años en Alemania, donde desarrolló la Terapia de Contención cuyo primer objetivo de este abrazo terapéutico es restablecer o curar la vinculación deficiente o herida, dada la importancia y trascendencia de esta primera relación en nuestra vida.
La Terapia de Contención es el encuentro del tesoro perdido, pues sana y restablece la vinculación deficiente o herida de padres e hijos que fue afectada. A través del abrazo, trabajan juntos el caos afectivo que caracteriza su relación:
. Los padres recuperan su seguridad como padres y la capacidad de relacionarse con su hijo.
. La vinculación se cura y se hace funcional.
. El niño se siente libre y seguro para empezar su proceso de separación, una vez que vivió y sintió la unión que le faltaba.
Puede entonces empezar a confiar en su madre y ambos sienten un inmenso amor que probablemente nunca antes se habían demostrado.
La Terapia de Contención es aplicada a:
- Padres e hijos (contención con niños, adolescentes y adultos).
- Parejas (reconciliación de parejas, despedida de ex-parejas).
- Reconciliación con padres, estén donde estén).
- Sanar duelos no resueltos.
- Recuperar el amor materno.
En la actualidad La Dra. Jirina Prekop está dedicada a promover la reconciliación familiar a través de la Escuela del Amor para la Familia en Europa, Africa y América Latina. Su propuesta de convivencia nace y va dirigida a rescatar el amor.
Sus libros, "El Pequeño Tirano", El Primogénito", "Pautas para los Padres de Hoy", "Los Padres también se Equivocan", "El Amor que apoya", han sido traducidos en 24 idiomas, siendo varios de ellos Best Sellers.
"Grita y llora cuanto quieras, yo te sostengo hasta que recuperes la alegría y estés libre para el amor".
Jirina Prekop
La Terapia de Contención se ha extendido a través del Instituto Prekop en la República Checa, Eslovaquia, Polonia, Rusia, Italia, y ahora en España. En Latinoamérica, cuenta con mayor arraigo,con su sede en México D.F., formando terapeutas en Venezuela, México, Chile, Perú, Colombia y República Dominicana donde en el próximo mes de Mayo se celebrará una Jornada Internacional.
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