VIRGEN DE LA ALTAGRACIA
Reina y Protectora de los dominicanos
La Virgen de la Altagracia es la primera advocación mariana que se dió a la madre de Dios en América, en virtud de ello, es la madre espiritual de toda América.
Por los años 1500, en un pueblo de la región Este de República Dominicana, llamado hoy Higuey, en el seno de una familia católica, a una niña de 14 años de edad, se le apareció la Virgen de la Altagracia en sueños y le dijo: "Soy la Virgen de la Altagracia y he venido a proteger a estas tierras de todas la calamidades. Todos los habitantes deberán invocarme en tiempo de adversidades y de infortunios y yo intercederé ante el Altísimo y los protegeré."
Se cuenta que el primer gran milagro de protección de la Santísima Virgen de la Altagracia ocurrió en la batalla "La Limonada" cuando intercedió por los criollos el 21 de Enero de 1691, asi como durante la batalla de Palo Hincado en 1808 y en la guerra de Independencia en 1844. Los dominicanos y los independentistas del Este de la república, invocaban el Santísimo nombre de la VIRGEN DE LA ALTAGRACIA para enfrentar al enemigo: siempre obtuvieron la victoria.
En el año 1691, se consagró el 21 de Enero como día de celebración de la Virgen de la Altagracia, fecha en la que miles de fieles y devotos de la Virgen se desplazan cada año a la Basílica de la Altagracia en Higuey donde se conserva el cuadro con su imagen.
La Virgen de la Altagracia fue coronada el 14 de Julio de 1920 por autorización del Papa Benedicto XV, más adelante, el 15 de Agosto de 1922 fue coronada en el pontificado de su Santidad Pío XI. Finalmente, el 25 de Enero de 1979, el Papa Juan Pablo II volvió a coronarla con una corona de plata sobredorada, siendo esta un regalo personal del Pontífice de la Iglesia Católica.
ORACION A LA VIRGEN DE LA ALTAGRACIA
!Bendíceme y protégeme Virgen de la Altagracia!
No permitas que sobre tu pueblo
el mal y el pecado cubran su faz,
y con tu manto divino, cubre de bendiciones
a todos los que habitan la República Dominicana.
!Oh Madre Santísima!
Cuidad de mi familia y de los pobres
para que puedan alcanzar tu gracia,
te lo pedimos en nombre de tu Hijo
nuestro Señor Jesucristo.
Intercede, Madre de Dios,
para que el pueblo dominicano
construya su destino amparado en tu Santísimo Nombre,
y que el Padre imponga su voluntad
para que la felicidad reine entre todos los dominicanos.
Amén.
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