Cierra tus ojos, respira suave y profundamente... entra en el interior de tu corazón...simplemente siente sus latidos, es la pulsación de la vida...dí internamente: "sí"...sí...sí...me abro a la Luz de mi Padre-Madre de Dios que me restaura, me cura, me renueva, me transforma en cada respiración". Siente cómo la Luz de Dios cubre tus células, tus órganos, sistemas, cuerpos físico, emocional y mental... eres Luz...solo Luz... y esa Luz te cura, te renueva, te transforma...eres la Luz de Dios en ti. |
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