En el momento en que aceptas la
responsabilidad sobre ti mismo, nace un ser humano totalmente
transformado. En el momento que dices
“Cualquier cosa que yo sea es mi elección, no del pasado sino del presente, es
mi elección de este momento y si quiero cambiar tengo absoluta libertad para
hacerlo. Nadie me lo puede impedir, si
estoy determinado a cambiar, puedo hacerlo.”
Sí, al principio la responsabilidad parece un
peso muy, muy pesado, te sientes mejor poniendo la responsabilidad en
otro. Puedes disfrutar de ser una
víctima, desamparado. Al principio,
aceptar total e incondicionalmente la responsabilidad sobre ti mismo es
duro. Crea desesperación, angustia,
ansiedad, pero sólo al comienzo. Una vez
aceptada, lentamente, te das cuenta del gran potencial y la gran libertad que
aporta.
Si soy responsable de mi miseria, eso
significa también que soy responsable de mi dicha. Si soy responsable de mi
miseria, puedo detenerla inmediatamente.
Déjame repetir la palabra inmediatamente:
uno no tiene que esperar ni un
simple momento. No es cuestión de
cambiar tus vidas pasadas, toda la sociedad, no es cuestión de seguir años y
años de psicoanálisis. Es cuestión
sencillamente de aceptar la responsabilidad de que “quienquiera que yo sea, he
creado mi clima, mi ser”.
El hombre al nacer es un potencial. Puede convertirse en una espina para sí o
para los demás, también puede transformarse en una flor para sí o para los
demás. Y recuerda, lo que seas para los
demás lo eres también para ti mismo, y lo que seas para ti lo eres también para
los demás. Si para ti eres una flor, tu
fragancia tendrá que liberarse, les llegará a los demás.
Osho
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario