La tristeza surge del apego a las cosas efímeras que no puedes hacer
duraderas. Ella no está en la naturaleza
de las cosas, está en contra de la ley universal.
Buda dice: “La existencia es tristeza”. Ser es tristeza, el ego es
aflicción. Lo único que puedes hacer es
relativo a tu consciencia. Puedes
cambiar tu visión, puedes ver las cosas con una luz diferente, en un contexto
distinto, en un nuevo espacio, pero no puedes cambiar las cosas.
Si piensas en función de los nombres,
sufrirás, pero si piensas en función de los verbos, no sufrirás. Los nombres no existen, únicamente existen en
el lenguaje. Todo es verbo, porque todo
es cambiante, siempre es dinámico.
Por qué te apegas? Porque sostienes la falacia que tú eres.
La primera falacia es que las cosas son estáticas, la segunda es que tú
eres, que tienes un ego estático, ambos van juntos. Si no necesitas aferrarte,
en absoluto necesitas el ego, no tendrá sentido, de hecho, el ego no puede
existir sin apegos.
El
bailarín únicamente puede existir si danza. Si la danza desparece, dónde
queda el bailarín? El cantante sólo
existe en el canto, el caminante en el camino.
Así es con el ego, solamente existe en el apego, en poseer cosas, en
dominar cosas. Cuando no hay ningún
deseo de dominación, ningún deseo de aferrarse, ningún deseo de poseer, el ego
comienza a evaporarse. El ego desaparece
porque ya no puede alimentarse más.
El “yo” existe solamente como una isla en el océano
del “mi” y el “mio”. Si dejas de reclamar las cosas como “mi” y “mio”, el ego desaparecerá
por sí solo. Todo pertenece al Todo.
Mira el mundo como un sueño, fluctuante,
cambiante, nuevo en cada momento.
Disfrútalo, goza de su novedad, deléitate con todas las sorpresas que
ofrece. Es maravilloso que sea cambiante,
no hay nada malo en ello, sólo que no te aferres a ello.
Osho
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