Una historia conocida:
Una noche el profesor Von Kochenbach, filósofo
alemán, vió dos puertas en un sueño, una que llevaba directamente hacia el amor
y el paraíso, y la otra, hacia un
auditorio donde se estaba celebrando una conferencia sobre amor y paraíso. No hubo duda por parte de Von Kochenbach:
salió disparado a escuchar la conferencia.
La histora es significativa, ficticia, aunque no tanto. Representa
la mente humana: está más interesada en
el conocimiento que en la sabiduría, en
la información que en la transformación, en saber sobre la belleza, la verdad y
el amor, que en experimentarlos.
El amor
no requiere que tengas información sobre él porque no es algo externo a ti, es
la propia esencia de tu ser. Ya lo
tienes, solo tienes que dejarlo fluir.
El paraíso no está en algún
lugar donde necesites un mapa para llegar, estás en el paraíso pero te has
quedado dormido. Todo lo que necesitas
es derpertar.
La
gente siguen aferrándose a las palabras, palabras que están huecas, que no
contienen ningún significado, que no tienen sentido.
Qué
palabra es luminosa? Qué palabra está
realmente llena de fragancia? La palabra
que aporta paz. Y esa palabra nunca
viene del exterior, es la apacible vocecita de tu propio corazón. Se escucha en los lugares más recónditos y
profundos de tu ser: es el sonido de tu
propio ser, es la canción de tu propia vida.
Solamente
se encuentra si vas hacia dentro, en la meditación, en el silencio. Cuando se haya abandonado todo el
conocimiento prestado y te hayas quedado a solas, cuando no sepas ni una cosa,
cuando funciones desde el estado de no saber…entonces se escucha.
Osho
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