La libertad es el objetivo supremo de la
verdadera religión. Según Gautama Buda,
la libertad es el valor más elevado. Se refiere a la libertad de consciencia.
Nuestra consciencia permanece en una profunda
esclavitud, estamos encadenados, los muros de la prisión están en nuestro interior, en lo profundo de nuestro
inconsciente, existen en nuestros instintos, en nuestros deseos, en nuestra
ignorancia. Y es la consciencia el
método para alcanzar la meta.
Cuando
eres realmente libre eres un maestro, la esclavitud desaparece. Puede parecer
que somos libres, que somos quienes elegimos pero la realidad es que
somos arrastrados, empujados por fuerzas inconscientes.
Cuando
te enamoras de un hombre o una mujer, crees que lo has decidido tú, que es tu
elección. La verdad es que no puedes
elegir amar, no puedes forzarte a amar a alguien, no eres dueño de ti mismo,
eres el esclavo de una fuerza biológica.
En
todos los idiomas la expresión de “enamorarse”
es “caer en el amor”, caes de tu libertad, de tu individualidad. Si tú eligieras el amor te elevarías en él,
entonces el amor saldría de tu consciencia y tendría una cualidad totalmente
distinta, una belleza diferente, otra fragancia.
El amor
corriente huele a celos, ira, odio, posesión, parece ser nuestra mayor experiencia,
solamente sufrimos porque embauca, te crea ilusión de ser tú el que elige, pero
de pronto te das cuenta que no eres tú el que elige, la naturaleza te ha
gestado una broma. Las fuerzas
inconscientes han tomado posesión de ti, y estar poseído significa estar
reducido a una cosa, toda relación va reduciéndote a una cosa, hace que tu
prisión sea cada vez menor, no estás actuando por ti mismo, eres dependiente de
otro.
Estás siendo vivido por fuerzas inconscientes, salvo que llegues a ser
consciente, que tomes posesión de tu propia vida. Uno puede dividirse en cuatro
partes:
1. La periferia externa es acción, lo que haces.
2. La segunda capa, un poco más profunda, es la palabra,
lo que dices.
3. La tercera capa, un poco más adentro, es el
pensamiento, lo que constantemente piensas.
4. Y la cuarta, no es una capa, es tu realidad, tu ser, ese
es tu centro, el núcleo del ciclón, rodeado de tres círculos concéntricos: el
pensamiento, la palabra y la acción.
Sé una
persona, sé individual, no sigas la muchedumbre, solo entonces podrás ser un
maestro, sólo los individuos pueden ser maestros.
Eres
consciente de lo que haces o eres un imitador?
Osho
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario